Pruba a volcar toda tu vida en una sola carta, prueba a dejar de ser tú por un tiempo y a disfrutar de la vida tal y como viene, de las cosas tal y como surgen, sin pensarlo, sin dudarlo. Quizá lo hagas y tengas la suerte de sentir lo que nunca hasta entonces sentiste y de vivir lo que ni siquiera creiste posible. Quizá lo hagas y al desvanecimiento de esa carta toda tu suerte se vaya con ella, quizá solo quede el resto del recuerdo y el vacío de lo que ya nunca volverá a ti. Fue el azhar, la suerte o el destino.
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