Antes de abrir el champán y celebrar el año nuevo, debemos pararnos y pensar en el año que ha terminado. Recordar todos nuestros triunfos y nuestros errores, las promesas que no hemos cumplido, las veces que nos hemos abierto a grandes aventuras y las que hemos cerrado la puerta por miedo a salir dañados. Porque en eso consiste el año nuevo, es otra oportunidad, una oportunidad de perdonar, de ser mejores, de hacer más, de dar más de amar más. Y de dejar de preocuparnos por el ¿y si...?, y abrirle los brazos a lo que venga recordemos ser buenos los unos a los otros, ser amables. No solo hoy sino todo el año...
No hay comentarios:
Publicar un comentario